El pasado 4 de mayo, Lourdes Fernández de la Riva Gozálvez, licenciada en antropología y directora de RRHH de Correos, que recordamos sigue siendo una Sociedad Anónima Estatal, en un alarde de “cinismo humanista”, procede a firmar los despidos de varias trabajadoras, aplicando el art. 52.d del estatuto de los trabajadores (faltas de asistencia al trabajo, aún justificadas pero intermitentes) que se ha mantenido en las sucesivas reformas laborales desde el año 1995.
Fue en 2012 cuando se produjo el abaratamiento del despido objetivo, estableciendo la miserable indemnización de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. Sin duda un incentivo para la patronal, que en Correos ha motivado que la Dirección despida sin escrúpulos. Los primeros despidos en correos a enfermas se produjeron en 2013 y afectaron a 3 compañeras, 5 años después vuelven a poner en funcionamiento la máquina destructora y se ceban con trabajadoras que mayoritariamente se encuentran aquejadas por enfermedades “socialmente sensibles”.
En el caso de las despedidas en Barcelona, que llevaban décadas trabajando en Correos, padecían patologías crónicas. Han sido despedidas por encontrarse en situación de incapacidad temporal, con bajas médicas de corta duración, debido a los sangrantes descuentos en nómina que se aplican a las enfermas en Correos, muchas de ellas se ven obligadas a acortar las bajas por razones económicas.
Los despidos les han sido comunicados a las afectadas enviando a sus domicilios a una pareja de lacayos de Correos; según la propia jefatura, trabajadores voluntarios que ni siquiera forman parte del departamento de Recursos Humanos y sin avisar con los 15 días preceptivos, prefieren pagar con recursos públicos la cuantía de esos días, con tal de que las afectadas no tengan capacidad de respuesta ni de asesorase jurídica ni sindicalmente antes de firmar el despido.
Hacemos un llamamiento a la solidaridad de todas las compañeras, para que manifiesten su más profundo rechazo a estas prácticas empresariales, llevadas a cabo en el seno de una empresa pública subvencionada por todas nosotras. Y recordamos que apelar a la más que cuestionable ética de los gestores de correos no es suficiente, como ya expusimos en 2013, los despidos y otros ataques se evitan incluyendo en nuestro Convenio Colectivo la imposibilidad de aplicarlos.
Desde CGT decimos basta ya de estas prácticas mafiosas, basta ya de la complicidad silenciosa del sindicalismo apoltronado que ha firmado consecutivos convenios, sin garantizar que situaciones tan lamentables como las descritas puedan ocurrir. Basta ya de la utilización de los Servicios Médicos y el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales como un arma de represión y coacción contra las enfermas.
ESTOS ATAQUES NO QUEDARAN SIN RESPUESTA